¡Hola! Soy Luis López, aficionado a la fotografía desde que pude trastear con una cámara Voigtländer de mi padre que me descubrió el misterio de congelar el tiempo en un instante.  Fue una época de fotos en blanco y negro e incipiente color que guardábamos como un tesoro en una lata de galletas.
Con el tiempo, y desde que pude, adquirí mi primera cámara analógica de la marca Nikon que dedicaba a mis viajes familiares y de turismo, teniendo siempre la incertidumbre de si aquella puesta de sol habría quedado bien expuesta o si había salido movida aquella otra que tuve que disparar a toda prisa por la lluvia.
Decidido el paso a la fotografía digital, continué mi fidelidad a Nikon con diversos modelos que eran el reflejo de la gran evolución que esta disciplina estaba viviendo: desde una D70 a una D90 y finalmente la D7100.
Finalmente, cuando mi vida laboral ha llegado a su fin y me ha permitido disfrutar de tiempo libre para profundizar en este apasionante mundo, en el último año he hecho el viaje que parece que más de moda se ha puesto entre los fotógrafos y también he cambiado al universo Sony con una Alpha 7III.
Y llegado a este punto, doy un pasito más abriendo una ventana por medio de la que pretendo compartir algunas imágenes que recogen parte de este experiencia, esperando que los que se asomen a ella puedan disfrutar de la ilusión con que han sido realizadas.
10 de julio de 2.021
Volver al principio